La gestión financiera tiene por objeto vigilar las fuentes de financiación de la empresa, ya que una de las tareas más difíciles de controlar es la financiación del activo, tanto a largo como a corto plazo.
El fondo de maniobra es la diferencia entre los derechos de cobro que tenemos y las obligaciones de pago en la empresa a corto plazo. Este parámetro debe ser positivo para no tener problemas de liquidez: la empresa debe controlar perfectamente los flujos y fechas de cobros y pagos que se originan, además de la tesorería.
La sociedad también puede utilizar pólizas de crédito a corto plazo para cubrir las necesidades de tesorería. Se debe diseñar una política adecuada para que la necesidad de acudir al crédito a corto plazo no sea permanente, ya que la empresa podría tener problemas financieros graves y gastos elevados que disminuyan la cuenta de resultados positivos.
Por otro lado las necesidades permanentes o a largo plazo deben financiarse con préstamos o créditos a largo plazo. Por ejemplo, para la compra de cualquier inmovilizado la empresa debe recurrir a la financiación a largo plazo.
La gestión financiera es un elemento clave para la supervivencia de la empresa: Una buena gestión financiera nos permite reducir los plazos de cobro, aumentar o equilibrar los plazos de pago, y gestionar la liquidez controlando el riesgo. Por el contrario, aplicar una política de financiación errónea a la actividad ordinaria de la empresa puede crearnos problema financieros graves, que comprometan el futuro de la empresa.
En Soluzionasesores le ayudamos a elaborar la estrategia financiera más adecuada y obtener financiación externa de las distintas entidades.
TIPOS DE FUENTES DE FINANCIACIÓN
Según a quién pertenezcan los recursos que se utilicen para cubrir las necesidades de financiación de una empresa, se habla de financiación con recursos propios, y financiación con recursos externos o ajenos.
- Recursos propios: Son los recursos internos de la empresa, entre los que debemos distinguir:
- Autofinanciación: Se denomina así a los recursos financieros con los que la empresa puede hacer frente a los pagos habituales porque dispone de suficiente liquidez, disponible en cajas o bancos, o debido al control de cobros y pagos producidos en el ejercicio económico.
- Financiación espontánea: Se entiende aquellas situaciones tales como el aplazamiento en los pagos a hacienda, seguridad social o proveedores que proporciona un plazo de tiempo en el que utilizar esos recursos monetarios.
A largo plazo la autofinanciación se obtiene de las aportaciones de los socios de la empresa, de los beneficios cuando no se reparten, o de los fondos destinados a provisiones o amortizaciones (reservas dinerarias para hacer frente extraordinarios o depreciaciones del inmovilizado).
- Recursos ajenos: Son aquellos recursos que la empresa adquiere de una manera externa y que tendrá que devolver con intereses en un plazo preestablecido, acreedores, bancos, efectos a pagar, etc.